Scania se encuentra inmersa en un proyecto de investigación para demostrar la viabilidad del hidrógeno como combustible para camiones en Noruega. La iniciativa, que el fabricante sueco lleva a cabo en colaboración con el distribuidor sueco de mercancías Asko, incluye operar con vehículos “equipados con un sistema de propulsión eléctrico y la energía eléctrica se convierte a partir del gas hidrógeno en pilas de combustible que se encuentran a bordo”, detallan desde el constructor escandinavo.
Desde Scania recuerdan que un camión propulsado por una pila de combustible “siempre contará con una batería y será híbrido”, por lo que “esta solución puede funcionar a un nivel de potencia más estable. La batería puede encargarse de los momentos en los que se necesite más energía y cuando el vehículo necesite recuperar potencia de la energía de frenado”, aseguran desde la marca.
Hedvig Paradis es la responsable del proyecto de colaboración de Scania con Asko. Doctora en tecnología de pilas de combustible por la Universidad Lund, Paradis sostiene que “los diferentes clientes en diversas regiones del mundo necesitarán diferentes soluciones y la tecnología de pilas de combustible de hidrógeno puede ser una de esas soluciones. Observamos, por ejemplo, como en Japón, Corea del Sur y California apuestan por las soluciones de hidrógeno”, afirma.
En su opinión, “la mayor fortaleza de las soluciones de hidrógeno es el hecho de que se trata de tecnología de cero emisiones”. De hecho, puesto que el hidrógeno se produce de manera renovable, “el camión solo emite agua a nivel local”.
En cualquier caso, Paradis reconoce que al igual que ocurre con todas las nuevas tecnologías, la implantación del hidrógeno como elemento de propulsión para el transporte de mercancías también se enfrenta a retos, entre los que destaca la necesidad de avanzar con “unos pasos más grandes en un tiempo más corto, tales como intentar solucionar los problemas de degradación y durabilidad de la pila de combustible”.
Desde Scania subrayan que “también nos enfrentamos al problema central de cómo y dónde se produce el combustible de hidrógeno”. En este sentido, Paradis hace hincapié en el hecho de que “las estaciones de servicio de hidrógeno aún no están desarrolladas, sin embargo, cada vez emergen más infraestructuras. Algunas entidades, como Asko, están construyendo sus propias estaciones de repostaje por lo que tienen el control de su propio ecosistema”.
A pesar de los retos que aún se recortan en el horizonte del hidrógeno, Paradis está convencida de que “la tecnología podrá superar estos obstáculos y se posicionará como una solución de transporte sostenible. Creo que le espera un futuro brillante a las pilas de combustible”, afirma.