“¿Qué coño vamos a negociar nosotros con los cargadores? Pero es que no podemos negociar nada. Si pudiéramos sentarnos en una mesa con nuestros clientes en una posición de igualdad, ¡bienvenidas las 44 toneladas! Pero eso no es así ni será así”. Son palabras de Manuel Pérezcarro, secretario general de la Federación Regional de Organizaciones Empresariales de Transporte de Murcia (Froet), incluidas en la entrevista que ha concedido a Todotransporte y que puede leer en nuestro número de julio/agosto.
En la citada entrevista, Manuel Pérezcarro se muestra ciertamente pesimista en lo que se refiere a la capacidad de los empresarios del sector para mejorar su situación con respecto a sus clientes, con quienes mantienen una relación de desigualdad y debilidad y a quienes les resulta ciertamente complicado aumentar las tarifas. “Ni aunque haya una sanción para el que incumpla. ¡Porque los transportistas tenemos cojones a pagar la sanción!”, asegura el secretario general de Froet.
En palabras de Pérezcarro, uno de los principales problemas del sector son los tender, que en lugar de ser mecanismos para que los cargadores reciban presupuestos de los transportistas “por los mismos conceptos y con los mismos criterios” son encuestas en la que los clientes “sólo preguntan toneladas y precio. Y encima con el cachondeo de los semáforos para ver si vas en precio o no, porque los tenderno se acaban nunca, son una subasta continua. Y una subasta a la baja. Es una desvergüenza”, asegura el directivo de Froet.
Según el secretario general de la federación murciana, esta circunstancia está propiciada por “la estructura empresarial que tiene nuestro sector, que está tremendamente atomizado y adolece de muy poca profesionalización, porque la mayoría de las empresas son pequeñas y no tienen capacidad para profesionalizarse. Hay que tener en cuenta que muchas de las empresas transportistas son la evolución de autónomos que han ido creciendo poco a poco y ahora se han juntado con 15 o 20 camiones. Pero se necesita un cambio importante”.
“Ese cambio -asegura Pérezcarro- tiene que ser hacia la concentración y la formación. Con el tema de la capacitación profesional, perdimos una oportunidad de mejorar y la culpa la tuvo el propio sector, que exigió que las pruebas de capacitación fueran un cachondeo. Hay montones de capacitados que tienen un título que no dice nada. Si se hubiera exigido desde un principio que esos profesionales hubieran recibido una capacitación adecuada nos habría ido bastante mejor” destaca.